Exposición “Miguel, 15 años en la calle” en la Facultat de Belles Arts de la UB
Vivía sin cuidado y sin ninguna ambición.
Ganaba lo suficiente dibujando historias románticas irrelevantes como para poder alimentar una corte de parásitos ociosos y mujeres complacientes.
Tenía salud y sólo sufría las alteraciones de ánimo que conlleva vivir día tras día en una fiesta permanente. Duró la fiesta hasta que un mal día mi casa se quemó. Finalmente sin elección posible caí en la calle.
Viví el dolor de sentir como casi todos mis amigos apartaban el rostro de mí como si fuese un apestado. Después, 15 años en la calle llenos de miseria, enfermedades producidas por el alcoholismo y otras desventuras y desdichas intolerables.
Siempre en los brazos de la desesperación, nunca me parecieron mis errores tan horribles, ni tan furiosos los golpes que me daba la memoria.
En la calle he aprendido que de la gente no se puede pretender ni esperar más justicia ni misericordia de la que no le haga falta a su amor propio.
Hoy ya no amanecen mis días risueños porque mi amargura y mi tristeza me han desposeído de todas las ilusiones.
Solamente me queda la memoria de aquellos años de plenitud y de vida.
Todo lo que pasó es ya irremediable pero sigo cada día preguntándome, inútilmente, cómo es posible que hasta del horror se pueda sentir nostalgia.
~ por miquelfuster en abril 21, 2015.
Publicado en Sin categoría
Etiquetas: 15 años en la calle, Exposición, Homelessness, Miguel Fuster, Universitat Barcelona
enhorabuena y toda la buena suerte del mundo
enhorabuena y toda la buena suerte del mundo