Visita a un grupo de internos de Quatre Camins

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Para el grupo de internos del Centro Penitenciario Quatre Camins, con quienes estuvimos conversando unas horas, y con nuestra gratitud por los abrazos y lágrimas de quebranto que acompañaron los emocionados momentos en la hora de la despedida. Momentos que siempre llevaremos en nuestro corazón.

 

Como pasan los días y los años y no recibes ninguna carta, deseo que estas palabras os lleven nuestros pensamientos.

Que fácil condenar a quien no es responsable de sus actos a pudrirse en una celda. Nunca saldrá del laberinto de sus penas mientras sea estrujado y envilecido a medida que enloquece.

¿Por qué ha de castigarse al que soporta anomalías hereditarias o ha sido víctima del contagio de un ambiente de adicciones destructivas?

Unos seres a los que en vano estamos ahora pretendiendo ocultar con nuestro silencio, con nuestra indiferencia, y con nuestra falta de generosidad.

Estrujado por múltiples prejuicios, rebajado en su condición humana, el recluso resulta indefenso como un ciego.

Cada día, y todas sus vidas se marchitarán y brotará por siempre de sus ojos una enorme congoja.

Ellos miran y procuran ver con ojos que parecen grandes lágrimas de muerte que les oprimen los párpados.

Dentro, en el hogar de sus almas torturadas hay calor. Fuera el aire está helado y los barrotes de sus celdas se cubren de rocío.

No hay mayor infortunio que la falta de libertad, ni situación que exija tanta piedad, ayuda y comprensión.

Antes pues que poner tanto apremio en cobrar culpas, por que no averiguar primero si ha sido mayor el delito, o la incapacidad de sus mentes lo que les ha llevado a ser sepultados vivos y pudrirse en la prisión.

La justicia de los hombres será aquella que ayude verdaderamente para orientarse hacia el camino del bien.

Ojala que algún día, cada uno de vosotros tenga la vida en sus manos y la encarrile de la mejor manera posible.

Y amemos y compadezcamos a estos hombres que agonizan y enloquecen en la prisión, porque todos tenemos nuestra parte de culpa de la desgracia de ellos.

Pero la injusticia siempre prevalecerá. Ni la exterminarán aunque conviertan el mundo en una cárcel, ni aunque enrojezcan de vergüenza bajo sus burdas máscaras de honradez e impunidad todos los hipócritas y mal nacidos del mundo.

 

Agosto 2016

~ por miquelfuster en agosto 17, 2016.

2 respuestas to “Visita a un grupo de internos de Quatre Camins”

  1. Hola Miguel
    Muy poético te veo
    No te falta razón pero se echa de menos un poco de tu sano escepticismo
    Te llamo en breve,al ver si todavía lo conservas
    Contactarme, que con el nuevo cambio de teléfono no te encuentro

  2. Enhorabuena por estas reflexiones. En mi trabajo diario encuentro personas con las que la vida ha sido injusta y en mi entorno laboral muchas veces me siento un bicho raro por intentar entenderlas

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