Sol de injusticia
Amortajadas las pupilas, por calles y lugares polvorientos, voy caminando solo, desfallecido y triste bajo un sol que abrasa y me sofoca y mi alma ausente que ya no resucita.
En el camino bajo ramas resecas, mortal el sol, la tierra arde. Y un aire abrasador fugado del infierno que llega silencioso para besarme con un beso de fuego que deja cicatriz.
El cielo es un mar de fuego refulgente. Las ropas empapadas de un sudor pegajoso. La boca reseca amarga como hiel que se abre como una vieja herida anestesiada. La vida pisoteada que interroga y continúa buscando.
Los sueños y esperanzas, la gloria y la alegría se fueron alejando en lentas procesiones y escucho los ecos de voces no olvidadas que un día fueron mías.
El calor me ahoga y me obnubila. Colores lejanos flotan y se confunden alrededor de mí. Se convierten en ojos que me miran fijamente queriendo adivinar. Formas como presencias espectrales. Proféticas imágenes nocturnas, sombras ciegas sin luz fundidas en la noche de la desesperación. Laberinto de sueños erráticos. Lucha de resistencia y destrucción. Remolinos que giran sin cesar y a través de los cuales me interno en el vacío.
El horrible calor que me oprime. Las moscas que me desquician… y los mosquitos. Los mosquitos, tantísimos que por mucho que me agite y los aplaste siempre me veo cubierto de ellos. Siempre más, muchos más. Punzadas dolorosas que me enloquecen. Sufriéndolos de la mañana a la noche y de la noche a la mañana…
Mosquitos hinchados con gotas de mi sangre que revolotean tristes ante mí, junto a un muro sombrío donde ya no cae el sol luminoso de los días felices.
Cada uno arrastra sus recuerdos, que son mas tristes que felices. Pasos lentos de los pies que barren cada dia. No estás solo, aunque no coincidamos en los mismos páramos.
Gracias por seguir ahí
Te echaba de menos.
Un abrazo
Miguel, cuentas las cosas de una forma tan real, que se puede sentir ese beso de fuego en la piel al leerte. Y comprender que no solo el sol te ha dejado cicatrices imborrables.
Miguel, tienes una forma tan real de contar las cosas que se puede sentir ese beso de fuego en la piel. Y se comprende que no solo el sol, te ha dejado cicatrices imborrables